Las sentadillas se han convertido en uno de los ejercicios más populares a la hora de trabajar los glúteos, sin embargo, estos no son los únicos músculos que intervienen en este efectivo ejercicio, siendo que los cuádriceps, isquiotibiales, abdominales y la zona lumbar, también se ven afectados.
Podríamos decir, entonces, que las sentadillas son uno de los pocos ejercicios que trabajan en su totalidad el tren inferior del organismo, obteniendo increíbles resultados en el proceso, además de ser muy efectivas a la hora de perder peso y no perecer en el intento.
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Muchos estudios han evidenciado que hacer cierta cantidad de sentadillas a diario, podría brindar una serie de beneficios para el organismo, entre los cuales podríamos mencionar el desarrollo muscular, quemar calorías, mejorar la postura e incrementar la movilidad de las articulaciones.
Lo más recomendado es realizar 50 sentadillas por día, pero es necesario hacerlas de la manera correcta o de lo contrario, no se obtendrá el resultado requerido. Es por esto, que el día de hoy te dejaremos algunos consejos claves para que hagas tus sentadillas de la forma ideal.
Primero, colócate con los pies a la altura del ancho de tus hombros, con la punta de los dedos del pie, ligeramente hacia afuera. Luego, inclina la cadera hacia atrás y dobla las rodillas, como si fueras a sentarte, pero en realidad no lo harás, sino que simularás esta postura.
Intenta siempre mantener la espalda recta y el torso hacia arriba. Ahora, una vez que has tomado esta postura, desciende hasta que tus muslos estén paralelos al suelo o hasta donde tu físico te permita llegar. Lo importante es que las rodillas se queden quietas en su lugar.
Clásicos errores
Si bien existen distintas variantes de las sentadillas, pues según la manera de colocar los pies se trabajarán diferentes músculos con más intensidad, lo cierto es que los errores que se suelen cometer son siempre los mismos y mucho tienen que ver con la postura del físico.
El error más común es inclinarse demasiado hacia adelante, olvidando mantener la espalda recta. Otro error es no dejar las rodillas quietas, evitando que se desplacen hacia adelante en el momento del descenso, lo que podría causar dolores en varios músculos y articulaciones.