A través de sus redes sociales, Alberto Cormillot, de 85 años recién cumplidos, sorprendió a propios y extraños con dos fotos inéditas de su juventud. Más precisamente cuando se formó para el Liceo Naval Militar. Es decir, las fotos son cuando todavía no había pasado por su cabeza ser nutricionista y ni mucho menos estar en los medios de comunicación.
“Comparto con ustedes una gran noticia sobre el Liceo Naval Militar "Almirante Guillermo Brown", donde hace muchos años realicé mis estudios”, escribió Alberto Cormillot, quien se dejó ver orgulloso de haber dejado algunos años de su vida en este campo. Cabe recordar que al médico especializado en nutrición lo echaron del Liceo.
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“Durante el mes de noviembre se realizará el certamen internacional de la Indian Navy donde se presentarán dos alumnos seleccionados por cada uno de los treinta países participantes para competir en matemáticas, geografía, historia y cultura general. Nuestros dos representantes son cadetes del Liceo Naval Militar "Almirante Guillermo Brown", quienes viajarán al (evento) junto al profesor Eduardo Pizzagalli que lidera la comitiva”, escribió el nutricionista.
“Esta participación resalta la excelencia educativa de la Institución y su compromiso con la preparación de los alumnos. Felicitamos al Liceo Naval Militar, al cual con orgullo pertenecí, por este reconocimiento internacional que destaca su alta calidad educativa”, completó el esposo de Estefanía Pasquini dejando en claro porque decidió desempolvar estas imágenes.
En una nota con Infobae, Alberto confesó que su carrera en la medicina se lo debe a su madre, quien estaba a cargo de su educación. El rey de las dietas cursó la escuela secundaria en el Liceo Naval por recomendación de su madre. Con la mente puesta en conocer el mundo, el médico reconoce que hizo todo lo posible para que lo despidieran y lo logró. Por eso rindió quinto año libre y a los 16 años comenzó a estudiar en la Universidad.
“Me echaron porque en tercer año pasé a la escuela naval. Yo quería ser marino mercante porque quería viajar. Era una idea de mi vieja, que decía que los hombres van a la marina de (combate), no van a la marina mercante. Pero no quería estar ahí, me porté mal y me rajaron, así que pude volver al Liceo. No estaba contento y armaba bardo, hacía cosas que estaban reñidas con lo permitido”, contó.
Historias
“Consciente o inconscientemente sabía qué hacía cosas que no se debían hacer. No podía alegar ignorancia porque había estado tres años en el Liceo y conocía lo que era la vida militar”, admitió Alberto Cormillot. Sobre sus travesuras dijo: “Cuando estaba en la escuela naval, nos embarcaron en la Fragata Sarmiento. Ya había ido varias veces. Era pleno verano, enero. En la Fragata Sarmiento hay una escalera que va para abajo: sollado se llama el lugar. Dormíamos en coys, que son como camas colgantes, camas paraguayas. Había un calor del infierno”.
“Como ya conocía un poco, me escapé con mi coy y me fui a la cubierta, donde dormía el resto del personal porque estaba fresco. Era de noche. Colgué la cama de un caño que habían soldado ese día. Era el caño principal de agua. Cuando me senté, empezó a salir agua para todos lados. Eso sucedió a las diez y media de la noche. Lo llamaron a mi viejo por teléfono y le dijeron: Se lo lleva al chico mañana por la mañana. Era la vergüenza de la familia”, recordó.