“Cuando hablamos de buenos hábitos, como nutricionista no me gusta solo enfocarme en la comida, ya que no somos un organismo que se alimenta solamente, somos un todo con sentimientos, emociones, nos pasan cosas. ¿Entonces, porque no ir cultivando una vida sana en todos los aspectos?”, comenzó diciendo Estefanía Pasquini.
“Es bueno enfocarnos también en elevar nuestra autoestima, en darnos el lugar que nos merecemos, felicitarnos, demostrarnos que podemos, aumentar nuestra eficacia y confianza. Retarnos a ir por más, desde mejorar relaciones personales, concretar actividades que posponemos, entre tantas otras”, agregó Estefanía Pasquini sobre los hábitos a tener en cuanta.
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Mejorar nuestros sentimientos, nuestras emociones y nuestra confianza puede tener efectos positivos en varios ámbitos de nuestra vida: Al mejorar nuestros sentimientos y nuestras emociones, podemos reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, que son factores que afectan negativamente a nuestra salud física.
El estrés crónico puede provocar enfermedades cardiovasculares, digestivas, inmunológicas o dermatológicas. Por el contrario, al percibirnos bien emocionalmente, podemos mejorar nuestro sistema inmunitario, nuestra presión arterial, nuestro sueño y nuestra energía. Además, al tener más confianza en nosotros mismos, podemos cuidar mejor de nuestra alimentación, nuestro ejercicio y nuestros hábitos saludables.
Al mejorar nuestros sentimientos y nuestras emociones, podemos aumentar nuestra capacidad de atención, concentración, memoria y aprendizaje. También podemos potenciar nuestra creatividad, nuestra imaginación y nuestra resolución de problemas. Asimismo, al tener más confianza en nosotros mismos, podemos desarrollar un pensamiento más positivo, más flexible y más crítico. Estos hábitos nos ayudan a enfrentarnos a los desafíos con más recursos y a superar los obstáculos con más éxito.
Al invertir en nuestros sentimientos y nuestras emociones, podemos mejorar nuestras relaciones interpersonales. Podemos expresar mejor lo que sentimos y lo que necesitamos, así como comprender mejor lo que sienten y lo que necesitan los demás. Esto favorece la comunicación, la empatía, la asertividad y el respeto mutuo. Además, al tener más confianza en nosotros mismos, podemos relacionarnos con más seguridad, más naturalidad y más autenticidad. Esto nos ayuda a establecer vínculos más fuertes, más sanos y más satisfactorios.
¿Cómo podemos mejorar estos aspectos?
Es importante reconocer lo que sentimos en cada momento y ponerle nombre. Para ello podemos usar un diario emocional donde anotemos lo que nos pasa cada día y cómo nos hace percibir. También podemos usar una escala del 1 al 10 para medir la intensidad de nuestros sentimientos y emociones. Es importante comunicar lo que sentimos de forma adecuada. Para ello podemos usar palabras claras y respetuosas, sin agredir ni ofender a nadie. También podemos usar otros medios como el arte, la música o el deporte para expresarnos de forma creativa y liberadora.
Controlar la intensidad y la duración de nuestros sentimientos y emociones también son hábitos importante, especialmente los negativos. Para ello podemos usar técnicas de relajación, respiración o meditación para calmarnos. También podemos usar el humor, el optimismo o la gratitud para cambiar nuestra perspectiva. Además, podemos buscar apoyo en las personas que nos quieren y nos comprenden. Estefanía Pasquini manifestó que nadie debe quedarse en donde no quiere estar y que nadie está obligado a seguir el mismo camino.