Jueves 2 de Mayo 2024
ACEITE DE OLIVA

El aceite de oliva, un tesoro de la dieta mediterránea

El aceite de oliva, un tesoro de la dieta mediterránea

Escrito en ENTRETENIMIENTO el

El aceite de oliva es uno de los alimentos más característicos y saludables de la dieta mediterránea, una forma de alimentación que se ha asociado con la prevención de diversas enfermedades y el aumento de la longevidad. Pero, ¿qué tiene el aceite de oliva que lo hace tan beneficioso para la salud? ¿Qué propiedades y nutrientes contiene? ¿Cómo se debe ingerir para aprovechar al máximo sus virtudes?

El aceite de oliva se obtiene a partir de la presión en frío de las aceitunas, el fruto del olivo. Existen diferentes tipos de aceite de oliva según el grado de pureza y el proceso de elaboración, pero el más recomendable es el aceite de oliva virgen extra, que no contiene aditivos ni conservantes y conserva todas las propiedades del fruto original.

Entre los componentes del aceite de oliva destacan las grasas monoinsaturadas e insaturadas, que son beneficiosas para el corazón y el colesterol, los ácidos grasos omega 3, que tienen efectos antiinflamatorios y neuroprotectores, la vitamina E, que es un potente antioxidante, y el oleocanthal, una sustancia que solo se halla en este alimento y que tiene propiedades analgésicas y anticancerígenas.

 

El aceite de oliva es un tesoro de la dieta mediterránea que no debe faltar en nuestra mesa. Es un alimento que nos ayuda a cuidar nuestra salud y a (aprovechar) del sabor de la cocina mediterránea.

 

Estos son algunos de los beneficios que se han comprado científicamente de la ingesta regular de aceite de oliva: aporta una sensación de saciedad que reduce el apetito y favorece el control de las calorías. Además, estimula el metabolismo y facilita la eliminación de grasas. Una dieta enriquecida con aceite de oliva durante al menos tres meses puede disminuir el peso, el perímetro de la cintura y el índice de masa corporal.

 

Mejora la circulación sanguínea, previene la formación de coágulos, reduce la presión arterial y regula los niveles de colesterol. También previene la oxidación del colesterol LDL o “malo”, que es uno de los principales factores de riesgo para las enfermedades coronarias. Además, tiene propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas, que lo hacen eficaz contra diversos microorganismos patógenos.

El aceite de oliva favorece la digestión, alivia el estreñimiento, reduce la acidez gástrica y previene la inflamación intestinal. También aumenta el pH del organismo y facilita la absorción de minerales como el calcio y el magnesio. A su vez, genera efectos antiinflamatorios que ayudan a reducir el dolor y la hinchazón de las articulaciones afectadas por la artritis reumatoide. Estos efectos se potencian cuando se combina con la ingesta de pescados ricos en omega 3.

Más beneficios

El aceite de oliva estimula las defensas naturales del organismo y lo protege contra las enfermedades infecciosas y autoinmunes. También modula la respuesta inflamatoria y evita las reacciones excesivas o descontroladas del sistema inmune. Además, nutre y regenera la piel, previniendo la sequedad, las arrugas y el envejecimiento prematuro. También tiene propiedades cicatrizantes, antisépticas y calmantes, que lo hacen útil para tratar heridas, quemaduras, irritaciones y dermatitis.

Este alimento mejora la función cognitiva, previene el deterioro mental y reduce el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el parkinson. También favorece el estado de ánimo y combate el estrés y la depresión. A su vez, contiene sustancias que inhiben el crecimiento de las células cancerígenas y favorecen la apoptosis o fallecimiento celular programada. Los tipos de cáncer que se han vinculado con la ingesta de aceite de oliva son el de mama, el de colon, el de próstata y el de piel.