Lunes 29 de Abril 2024
LUCIANO PEREYRA

El pasado desconocido de Luciano Pereyra

La palabra de Luciano Pereyra.

Escrito en ENTRETENIMIENTO el

En una entrevista con Infobae, Luciano Pereyra contó cómo fue su primer contacto con una guitarra y como su vínculo con su padre iba de mal en peor. En pocas palabras, el artista mencionó que aprendió a usar ese instrumento antes de saber leer y escribir. “Sí. Era el objeto prohibido para tocar porque mi papá la tenía en el ropero siempre”, reconoció.

“Un día mi papá llegó más temprano del trabajo y me dijo ¿vos estuviste tocando la guitarra? Estaban todos mis dedos marcados. Y mi papá, que no quería cantar más, para ayudarme y apoyarme en este camino de la música, se empieza a motivar él también, empieza a armar su trío folclórico nuevamente. Se llamaban Los del regreso, tocaban en peñas, en festivales, me llevaban”, recuerda Luciano Pereyra.

“Fue mi escuela musical además de que ya desde muy chico mi papá me mandó a un profesor de guitarra”, dice Luciano dice haber comprendido su destino con la música desde muy pequeño. “Sí, toda la vida. En una mano tenía la pelota y en otra la guitarra, pero la música para mí era, y lo es aún hoy, un entretenimiento directo al alma. No encuentro algo que me haga muy feliz en lo espiritual como una conexión con una guitarra, escuchar algo. Eso es fabuloso”, dice.

 

“Yo a los 18 años ya estaba viviendo solo. Me fui de Luján y me vine a Buenos Aires a vivir. Entonces costaba cortar el cordón umbilical pero ya había una independencia desde chico”.

 

 

A su vez, el artista dice que el vínculo con sus padres cambio. “Cambió, gracias a Dios. Pero para bien. Porque a medida que va pasando el tiempo también ya con 42 años obviamente los entendés mucho más”, mencionó. Al mismo tiempo Pereyra aclaro que siempre tuvo uno que otro cortocircuito con su padre. “Pero no por cuestiones laborales sino porque mi independencia llegó muy joven”.

Lu asegura que su vida se divide en una mitad en Luján, en donde están sus padres, y la otra mitad en Capital, en donde está su base de operaciones con la música. “Estoy mitad y mitad, sí, sí. Estoy tres días de la semana más o menos allá. Vivimos casi en barrios vecinos, muy cerca. En Luján estamos todos cerca. Yo vivo medio al revés, porque mi descanso es en la semana”, contó.

“Tampoco es tanto descanso porque en la semana tenemos nuestras giras de promoción, siempre hay algo que grabar, mis clases de foniatría, sigo entrenando, mis clases para ir al gimnasio, para ir a jugar al tenis. El deporte es fundamental. Y mis clases de canto tienen mucho que ver con lo físico. Para estirar a veces la cuerda vocal también tenés que estirar las caderas, estirar los músculos”, agregó.

Momentos

“En el momento de la vorágine donde no te das cuenta dónde estás y no sabés frenar. Después, con el paso del tiempo, ponés un freno, mirás alrededor y agradecés todo esto que está pasando, es fruto del trabajo, de la dedicación, del esfuerzo. Creo que es normal a veces en medio de la vorágine en cualquier trabajo no saber poner un poquito el freno”, dice Luciano Pereyra sobre los recaudos que tomó para no creérsela.

“No sé si están tan identificados, pero fueron de mucho viaje y de poco hogar. A mí me encanta irme de viaje. Me encanta aprender de los viajes, de las giras. Me encanta mi trabajo. Trabajé toda la vida para tener este trabajo. Pero es como cualquier trabajo, termino de trabajar y me encanta sacarme los zapatos, estar en mi casa, en mi sillón, mi familia, mis perros. Pisar el pasto. Mis árboles. Con eso soy muy feliz”, completó.