“De chico, no recuerdo quién, alguien me dijo que no podía cantar. Me reprimió y por eso nunca me animé a hacer comedia musical. Ahora me di cuenta que me encanta, me apasiona. Creo que se abrió una puerta que va a ser difícil de cerrar”, sostuvo Fede Bal en alusión a Kinky Boots, el gran desafío de su carrera.
Desde el corazón de Villa Carlos Paz, Córdoba, en donde de jueves a domingo aparece en medio del Teatro Luxor para interpretar a Lola y también a Simón, Fede Bal ve oportuna esta comedia musical para saldar una deuda que tenía con el pasado, aquella que le quitó las ganas de cantar.
Sobre darle vida a Lola, el hijo de Carmen Barbieri recuerda que le corrió una “electricidad” por todo su ser que le permite sumergirse de lleno en el personaje. “Últimamente acepto propuestas que me presenten un desafío, sino lo dejo pasar”, sostuvo sobre la que le realizó Ricky Pashkus.
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“Cada trabajo tiene que representar algo más que una entrada de dinero. Tal vez hay actores que lo esperan toda su vida y no les llega, y a mí me llegó a los 33 años", reconoció el artista que tiene el difícil desafío de superar la vara que dejó Martín Bossi, quien interpretó anteriormente a estos dos personajes.
Para quienes deciden ir a ver esta comedia musical le surgen interrogantes, que todos se hacen, ¿Qué tan bien canta Fede? Porque nunca antes se lo escuchó, así que los que paguen sus entradas serán unos privilegiados. El único objetivo de Bal en todo esto es que la fatiga vocal no llegue pronto.
“Trabajé mucho los temas que tengo cantados y hoy me salen perfectos”, mencionó el actor muy orgulloso de su trabajo y agregó: “En el canto me sorprendo. Todos me lo dicen: piensan que no cantaba, pero entrené mi voz y salió algo muy lindo, muy libre”.
Libertad
En base al desafío que encaró el hijo de Carmen Barbieri y Santiago Bal sostuvo: “Crecí con libertad lúdica. La libertad era moneda corriente en mi casa. Desde muy chico me enseñaron que podemos hacer lo que queremos mientras no lastimemos a otras personas”.
“Hoy me veo arriba de tacos, miro a los genios de mis compañeros que tengo a los costados y se me caen las lágrimas. Es como romper con eso de que el actor es solo de revista, de comedia, o de un reality de baile, te encasillan y no podes salir de ahí. Y yo hace varios años que vengo trabajando para que los productores sigan confiando en mí”, cerró diciendo.