Desde que decidieron traer a Emilio al mundo, Alberto Cormillot y Estefanía Pasquini sabían que debían acomodar sus horarios de trabajo para estar presente en las necesidades del pequeño. Hasta esta semana, habían resuelto el tema del cuidado y de la alimentación de tres maneras.
La esposa de Alberto Cormillot contó hace un tiempo que, para estar junto a Emi todo el tiempo, ella, los primeros meses después del parto, trabajaba desde casa de manera online. Cuando regresó a la presencialidad a la oficina, sus padres, o sea los abuelos de Emi, lo cuidaban.
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Para este verano, la flamante pareja halló la solución, por lo menos de la mañana, mandando a Emi a una colonia de vacaciones, en donde socializa, juega y aprende nuevas cosas con niños de sus mismas edades. Sus fotos comiendo son una postal asegurada en la cuenta de Estefanía.
Pero el jueves, por algún motivo que se desconoce, el hermano de Adrián y Renee no fue a la colonia. Entonces sus padres debieron resolver el asunto de una manera poco común. Los dos estuvieron de acuerdo en llevar a su hijo a la clínica en donde trabajan y preside Alberto.
Cuando el niño cumplió el año en septiembre del año pasado, Pasquini confirmó que los días comienzan muy temprano para los tres. Promediando las cuatro de la madrugada, Emilio es el primero en despertarse y tocar los rostros de sus padres para que hagan lo mismo.
“Yo trabajo a la mañana en compañía de él, luego almorzamos los tres (por Adrián) con Alberto, jugamos un rato después de comer hasta que yo arranco a trabajar de nuevo. En el medio de esto, Emilio está un rato con el padre y con la gente que trabaja en nuestra casa, con mis papás, que vienen seguido”, contó.
Jornada interminable
“A la noche nos volvemos a juntar los tres para cenar temprano y luego acostarnos para poder jugar un rato más con él, los fines de semana todo es junto a él, es muy raro no involucrarse en alguna salida”, contó la esposa de Alberto Cormillot sobre cómo lleva sus días.
En base a sus publicaciones, Estefania Pasquini atiende a sus pacientes tanto en la mañana como en la tarde, en el medio un recreo para el almuerzo. Está claro que más allá de poder estar más tiempo en casa junto a su hijo, la nutricionista no se movió ni un centímetro de sus aspiraciones profesionales.