Hace un poco más de un mes, Marley emprendió el difícil desafío al volver a su clásico programa “Por el mundo”, el cual le permitió recopilar cientos de buenos momentos recorriendo distintas ciudades del globo con diferentes colegas, compañeros y amigos.
En esta ocasión a Marley le tocó transmitir a diario todo el “color” que dejó el Mundial de fútbol que se celebró en Doha, Qatar, hasta dos semanas atrás. Quedará en su memoria que el día que se despidió de su tradicional formato, la Selección argentina obtuvo la copa del mundo.
Existen pocas casualidades en la vida, pero esta, sin lugar a dudas, es la mejor que le sucedió al conductor, quien había adelantado en el mes de mayo que Qatar iba a ser el último país en visitar junto a los productores del programa, que lo llevaron por más de 20 años a todas partes.
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De regreso en casa, y cosechando los frutos que dejó su buena cobertura en Medio Oriente con número increíbles en el rating, Alejandro este jueves decidió cumplir una vez más con los clásicos “TBT” , donde se recuerda por medio de una foto o video algo que te sucedió.
En este caso, el animador de “La Voz Argentina” decidió exclusivamente el último jueves de 2022 a su hijo, Mirko, el niño que lleva recorriendo más de 40 países en el mundo con apenas cinco años y acumula más de cinco millones y medio de seguidores en Instagram.
“En neonatologia, solitos, los 2, con alguna enfermera que cada tanto venía a darme consejos. Esta es la primera vez que abrió los ojos, y yo lo primero que vio”, escribió el conductor dejando latente la idea de que se enamoró de su hijo apenas lo vio.
Nostalgia
“Yo creo que prefirió cerrarlos enseguida después jaja. Momentos únicos de la vida. 5 años ya!. ¡Increíble!”, completó Marley, quien no puede creer como el planeta tierra le dio vuelta cinco veces al sol, mientras él caminaba de la mano junto a su único hijo, por ahora.
Promediando el año, el conductor mencionó que la idea de traer otro hijo al mundo está bastante avanzada. Seguramente, Marley ve necesario tener otro hijo en este momento, cuando Mirko está a punto de iniciar el primer grado de escuela y el un poco más descomprimido de sus responsabilidades laborales.