Cuando Marcelo Tinelli anunciara, hace más de 20 días que iría a Qatar, dejó en claro que lo haría en compañía de sus afectos y de su pequeño hijo Lolo, que hasta el momento no había podido tener la oportunidad de vivir la experiencia mundialista como tal, ya que, durante el mundial pasado era todavía muy chico.
Grande fue la sorpresa del pequeño hijo de Marcelo Tinelli cuando compartieron los primeros días de cancha, alentando con todo al seleccionado nacional. En esas jornadas, el joven se evidenció muy calmado por todo lo que estaba viviendo y solamente cantaba muy poco.
Sin embargo, conforme el tiempo fue pasando, Lolo comenzó a tomarle el gusto a los estadios y las canciones de cancha, al punto que se convirtió en un gran hincha sabiendo esbozar todas las canciones con las que se alienta a la selección argentina.
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En su cuenta personal en Instagram, el conductor sube constantemente contenido vinculado a sus más de tres semanas en Qatar, donde llamó poderosamente la atención la capacidad del pequeño para entonar las canciones de la hinchada, a la vez que tirar unos pasos de baile.
Lejos quedaron esos días en los que se veía a Lorenzo bastante tímido ante las cámaras y los estadios, para dar lugar al pequeño alegre, cantante y bailarín. Según confesó el productor, es un viaje que quedará marcado en su vida, puesto que su hijo es su gran acompañante en esta aventura.
“¿Estamos manija? Na. Vamos argentina"
A la espera del enfrentamiento más importante de la celeste y blanca en este mundial contra el seleccionado croata, los famosos no darán marcha atrás hasta vivir el mejor día de sus vidas. Algo que seguramente esperan los 45 millones de argentinos en todo el país y los simpatizantes que tiene el conjunto capitaneado por Lionel Messi.
El tenso momento
Marcelo Tinelli sube contenido constantemente a su cuenta de Instagram, donde ha documentado con detalle su paso por la tierra sede de esta copa del mundo. En ellos dio a conocer un tenso momento que vivió en una góndola cuando quiso comer un helado.
Lo que no tuvo en cuenta el conductor es que la destreza del heladero lo iba a tener algunos minutos sin poder tomar su helado de chocolate. Las acrobacias del joven vendedor llevaban el alimento de un sitio a otro sin que pudiera el productor tomarlo, causando una gran cantidad de risas entre los presentes.