El déficit fiscal cero es la meta que se propuso el presidente Javier Milei para equilibrar las cuentas públicas y reducir la inflación, que supera el 250% anual. Para lograrlo, aplicó un ajuste sin precedentes en el gasto público, que implicó recortes en partidas presupuestarias, subsidios, salarios, jubilaciones y transferencias a las provincias.
El resultado que logró Javier Milei en enero fue alcanzar el superávit fiscal, es decir, se recaudó más de lo que se gastó, algo que no ocurría desde hace más de una década. Los mercados reaccionaron positivamente ante esta señal de estabilidad macroeconómica y el riesgo país bajó a su nivel más bajo en dos años.
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Sin embargo, el ajuste fiscal también tuvo un alto costo social, ya que profundizó la recesión económica y el aumento de la pobreza, que superó el 57% según la Universidad Católica Argentina. Los productos de primera necesidad, con la liberación de presión, triplicaron sus costos.
Miles de familias quedaron sin ingresos o con salarios insuficientes para cubrir sus necesidades básicas, mientras que los servicios públicos se deterioraron por la falta de inversión y mantenimiento. Además, el ajuste fiscal generó resistencia y conflicto con los sectores sindicales, sociales y políticos, que reclamaron medidas de alivio y protección para los más vulnerables.
Ante este escenario, Milei intentó impulsar otra vez la Ley Ómnibus, un proyecto de ley que había presentado en las primeras semanas de gestión y que contenía reformas estructurales en materia tributaria, laboral, previsional, energética, penal y electoral, entre otras.
El objetivo de esta ley era complementar el ajuste fiscal con medidas que promovieron el crecimiento económico, la generación de empleo, la inversión privada, la seguridad jurídica y la transparencia institucional. Sin embargo, el proyecto no logró el apoyo suficiente en el Congreso, donde se encontró con la oposición de la mayoría de los bloques políticos, que lo consideraron inviable, inconstitucional y regresivo.
Acuerdos
Ante el fracaso de la Ley Ómnibus, Javier Milei buscó negociar con los gobernadores provinciales un nuevo acuerdo fiscal, que implica una mayor coparticipación de los recursos y una reducción de la presión impositiva a cambio de un apoyo legislativo a sus reformas.
Sin embargo, la reunión que se realizó el viernes en la Casa Rosada terminó sin consenso, ya que los mandatarios provinciales rechazaron la propuesta de Milei de coparticipar el impuesto PAIS, que se aplica sobre las compras en dólares, y de reducir la alícuota de las Ganancias, que actualmente es del 35%.